Tengo un pie que no hace caso y unas gafas de reserva que lo pintan todo de colores. Un sitio al otro lado del muro y veinticinco válvulas de escape. Cristales de bohemia rotos sobre las teclas de un piano desafinado, herido, solo...y franjas rojas que me recuerdan segundo a segundo que esto no ha hecho más que empezar.
Buscaba algo que no encontré, tal vez un sitio, un hueco, un puesto, una identidad. Buscaba saber todo lo que nunca supe sobre mi y descubri cosas que hubiera preferido ocultar. Me enamoré de imágenes imposibles atadas de pies y manos a un espectro llamado peligro y me atiborre de pastillas una y otra vez con tal de alcanzar la luna. Vi monstruos de garras afiladas colandose dentro de mi sin permiso y dejé que la música de mis oídos me atormentara durante años. Pensé, pensé, pensé y sufrí me odié, grité, salté y morí. Y ahora no queda nada de lo que fui me mires por donde me mires, soy sólo un ser inútil, incapaz de todo y de nada a la vez, que lucha por ser pequeño partiendo del pais de los gigantes.
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