jueves, 25 de septiembre de 2014

Se sentó a esperar a que alguien la viera llorar, la niña que todo lo hace mal sólo buscaba un abrazo que por un motivo u otro nunca llegó. Esperó durante años, sola en la cocina, diseccionando  los segundos que tardaban los gritos en aparecer cuando sus padres cruzaban el umbral de la puerta de la calle.
Mírame.
Quiero que lo veas, quiero que lo sientas, que lo asumas, que lo sufras tanto como yo.
Quiero que entiendas la rabia, el dolor, el miedo, la soledad, la pena, la tristeza, la miseria, el fracaso, la derrota constante, el sacrificio y la desgana.
Mírame otra vez.
No quiero formar parte de tu mundo, me desentiendo, desisto, te ignoro, me niego a resistir, tengo que centrarme.

La niña que todo lo hace mal, lo va a hacer peor

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