lunes, 22 de octubre de 2012

tu

Te sientas a mi lado y respiras. Apoyas la cabeza en la mano, te aburres. Estás leyendo sin más, pensando en cualquier otra cosa y te mueves. De repente todo huele a ti y sonrío.
Te sientas a mi lado y no te mueves de ahí, tan cerca y en silencio, tan juntos...y aún así demasiado lejos para mi gusto.
Me molestan los brazos de la silla, nuestra ropa, la piel e incluso el aire. Me molesta todo lo que me separa de ti, aunque la separación sea casi imperceptible. Me molesta porque quiero abrazarte y no soltarte nunca, porque si me dieran a elegir entre viajar a la Luna o tenerte una sola noche, elegiría dormir contigo.
Te quiero como no he querido nunca, como cuando se quiere porque sí, porque es inevitable y necesario. Como cuando dos ancianos se besan mientras pasean por un parque, al tiempo que el viento susurra "para siempre".

Te quiero hasta las estrellas, hasta el infinito, hasta el fin del mundo ida y vuelta millones de veces, te quiero más, SIEMPRE MÁS.